jueves, 28 de febrero de 2008

Teatro de la calle

Aunque debo ser sincero y admitir que no soy un experto en el tema y talvez ni siquiera un conocedor apropiado para hablar de teatro con terminología que llame la atención por su grado de “complejidad”, debo admitir que el teatro me llama mucho la atención y que debido a mi temor escénico nunca he tenido el valor para ni siquiera tratar de actuar en una obra escolar, pero aún así con mis deficiencias de conocimiento y mis temores me arriesgo ha opinar acerca de lo que he visto de teatro, esto ha despertado en mi un interés exacerbado por descubrir la mística y esencia del teatro, por lo que para saciar mi necesidad de descubrir este bello arte, entre mis no muy extensas investigaciones encontré al teatro de la calle.

El teatro ambulante o de la calle posee una estética que viene del circo, de la poesía, de la pintura, de la performance, de la música, esta mezcla ha dado origen a un estilo; el teatro de calle, con poco texto, mucha música, zancos, máscaras y colores. Sin duda es muy complicado realizar teatro de la calle debido a dispersión, el ruido y demás factores con los que los actores deben desarrollar sus obras, pero de una manera u otra los actores han logrado incorporar todos estas dificultades en sus obras, poco a poco el teatro de calle va siendo aceptado por las gentes que manejan los presupuestos destinados al teatro: directores de festivales, de ferias, etc. Lo que conlleva una mejoría de las condiciones en que se representa que aún así no son suficientes ya que uno de los problemas al que se enfrentan es cómo contar una historia y mantener la atención del público en un lugar de paso. Este teatro, que ha sobrevivido al progreso y a la creación de las grandes ciudades, tiene algo de clásico en sus orígenes. Patrimonio de la humanidad, empezó en las antiguas sociedades tribales y hoy día se puede encontrar en cualquier rincón de cualquier ciudad.
28 de febrero
Santiago Salazar

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