miércoles, 30 de abril de 2008

La cultura es la realidad (2)

Por: José Luis Castro

No por leer a Bukowski, alguien que vivió lo que escribía, voy a transformarme en un adorador del vino y de las putas, ni por leer Proust voy a enfermar de esquizofrenia, ni voy a adquirir su amanerado carácter, ni mucho menos, por leer a Perec voy a poseer mágicamente un amor por los gatos, a los cuales odio. Cuando finalizo la lectura de Lolita, y decido leer nuevamente algunos de sus capítulos, no lo hago por pedofilia. No soy un degenerado si es que me introduzco literariamente en la plataforma sexual de Houellebecq. Y no creo cometer un crimen si es que veo el cuerpo desnudo de Brigitte Bardot en El desprecio de Jean-Luc Godard. No entiendo por qué censuran películas como La última tentación de Cristo de Scorsese y transmiten libremente la bazofia de Gibson. El arte, al menos el bueno, se da el lujo de versar sobre diversas temáticas, que en la vida real producen hastío, porque lo hace con rigurosidad, evaluando al extremo cada palabra, cada imagen, cada sonido, cada color, cada verdad, cada mentira que esconde.

El arte es elitista, sabia frase. Pocos saben apreciarlo verdaderamente.

No le creo a Harry Potter. Sí le creo a Josef K.

La cultura es la realidad, el cine es la realidad, la fotografía es la realidad, la pintura es la realidad, la música es la realidad, la literatura es la realidad.

Recuerdo la primera vez que leí a Borges, hace más de un año, en lo complicado y retorcido que me parecía (ahora me parece mucho más complicad0) Tlön, Uqbar y Orbis Tertius, comprendía poco a poco que Borges tiene un mundo propio y sus libros otro. Comprendí, igualmente, que debía escamotear ciertos símbolos de su mundo fantástico. Hasta hoy recorro sus senderos cada vez más asombrado, las puertas de la imaginación y de la creatividad se abrieron. Los límites se transformaron en creaciones ideales, puras mentiras que, mientras recostado en el sofá, leo entre palabra y palabra, meticulosamente seleccionadas, son verdades. Desde ese entonces procuro vivir y leer, y separar las acciones, reacciones, expresiones, impresiones que ocurren en una y otra vida.

Para finalizar estas ociosas, pues no procuro instaurar ningún afán evangelizador o misionero frente a las diversas preferencias artísticas, líneas, en algún lugar físico, en la página cincuenta y cuatro del libro Obras escogidas de la editorial el conejo, Palacio escribió seis palabras que ratifican mi postura frente a la cultura actual: Quien coma lo que crea.

Compartir

La cultura es la realidad (1)

Charles Bukowski y Paris Hiton en un bar de París.

Por: José Luis Castro

Hace un tiempo, echando un vistazo a los videos del youtube encontré una entrevista que uno de mis escritores favoritos, Bolaño, concedía al programa virtual Offtherecord. Durante alrededor de cincuenta minutos, el periodista hablaba con el escritor de cada uno de sus libros. Y al mencionar el libro de cuentosLlamadas Telefónicas”, el periodista citó una de las frases de la contratapa, afirmada por el autor del libro: LA CULTURA ES LA REALIDAD. Pensé entonces en la problemática artística; la idiosincrasia nos obliga a mantener una actitud pasiva, lógica y racional con el arte. La gente no puede desligarse del mundo para asumir las obras de arte responsablemente y prefiere la vulgaridad, fuente absoluta de estéril diversión. Pensé también en las páginas rosadas de los diarios de las muchas jovencitas que desgastan esferos, escribiendo, lo que ellas llaman, “poesía”, luego pensé en Arjona, en Coelho, en Allende, cuantas veces no quise quemar un libro de Allende. Pensé en los libros quemados, los libros desterrados, los libros robados, los libros olvidados. La cultura moderna está ligada con cursis historietas de amor, fábulas de Disney o novelas mexicanas. Es curioso, cuando las personas miran high school musical, repudiable cinta, nadie reprocha nada, es más, hacen mil partes más porque resultó ser un boom. En cambio cuando se aventuran por un filme de Kurosawa, por ejemplo, los comentarios suelen variar desde los molestos ronquidos hasta los <<este tipo si se pega de la verde>>. En este momento recordé una entrevista en la que Quentin Tarantino enfrenta a una seudo-crítica de cine; ella le dice que su película Kill Bill es demasiado violenta y que no la recomendaría para nadie, por el contenido de muertos inocentes que se producen en la misma. Entonces Tarantino, con su particular estilo callejero, le dice que Kill Bill trata acerca de la venganza y del honor, y que es necesario mostrar ese tipo de imágenes para causar sensaciones extremas en la audiencia. Luego la mujer, de abultada papada, corpulento semblante, sombrero negro, chaleco café y una blusa escandalosamente rosa, le dice al director que esas escenas no son necesarias y no encuentra razón para incluirlas en el largometraje, comentario que desencadena la histeria del creador de Pulp Fiction, quien dice: Because, i-s-s-o-m-u-c-h-f-u-n-n-y, don`t you get it; a lo que ella le responde, qué sentiría si es que saliendo de la entrevista un grupo de chiquillos lo acribillan con los sables que usó en su película, este es el momento en el que Tarantino le dice a su interlocutora, estás muy equivocada: tu hablas de la vida real y yo del cine, ahora, si quieres hablar de tu aburrida vida entonces hablamos de ella y si quieres hablar de cine, hablemos de cine. Para finalizar Tarantino le dice, gritando, esta película realmente no fue hecha para personas como tú.


Compartir

Chaparro: El flujo de la conciencia


Por: José Luis Castro

Para desmerecer a Chaparro se han dicho muchas cosas, por ejemplo: alguna vez alguien dijo que sabía cómo hablaban los personajes de Opio en las Nubes, pero no cómo escribía el colombiano. La objeción es tan patética y tan consagratoria como las acusaciones que, durante muchos años, se esgrimían contra Borges, tachándolo de escritor de segunda mano y de plagiario. Para refutar las acusaciones a Chaparro, o llenarlas, por el contrario, de razón, basta con olvidar cómo escribe Chaparro y recordar qué es lo que hace. Y lo que hace, lo que Chaparro hizo en su primera y única novela fue atentar contra lo tradicional. Llenar páginas, con metáforas sangrientas, bulímicas, desesperanzadoras. Establecer relaciones entre los segregados y la literatura. Utilizar herramientas narrativas para expresas sensaciones. Contar mágicamente la vida de un borracho, la de un drogadicto, la de una puta o la de un gato. Amasar las palabras, simplificar oraciones, añadir sustantivos, matar comas y amar a los puntos. Chaparro transforma a la desolación y el desengaño en hábito. Algo similar ocurre con su prosa, durante los primeros capítulos resulta extraña, ajena y chocante, hasta que el trip o las tribulaciones se tornan en rituales, y los rituales se exageran y todo lo excesivo aburre. Experimenta con nuevas corrientes; el rock es su influencia predilecta y de esa forma logra advertir verdades escamoteadas, esfumar secretos innobles. Desordenado, novedoso, tremebundo, son solo adjetivos vagos para describir su estilo.

Sin embargo, y muy a pesar de las estratagemas que Chaparro utiliza entre cada una de sus páginas, por un momento tuve la sensación, al terminar de leer la novela, de que la historia pudo haber concluido cincuenta o hasta cien páginas atrás y el resultado seguiría siendo el mismo. Llevo todavía el sin sabor consistente en saber qué pasó con Amarillo, Sven, Lerner, Marciana, Gilmour… y tantos otros antihéroes del mundo de Chaparro. Tal vez el pero pecado que pudo cometer Chaparro Madiedo, fue el de anteponer su preocupación por la estilización del lenguaje a lo que quería contar, que aunque riguroso, se pierde entre símiles que deberían ser acribillados.

La duda se repite siempre, qué tuvieron en común Chaparro o Caicedo, con los Beats, con Burroughs o con la poesía de Gingsberg para que sus temas recurrentes sean los mismos: el alcohol, las drogas, los antisociales, la muerte, la vida, aquellos que desvarían por el mundo sin un objetivo, ni una función. Ellos son los grandes verdugos de la sociedad, los degolladores inmisericordes de las personas y de la erudición.

Al final es el tiempo el que se encargará de sentenciar a la literatura de Chaparro: burbuja o fruto. No obstante, Bolaño alguna vez dijo que dentro de 6000 años menganito y Shakespeare ocuparán el mismo lugar dentro de las oscuras moradas de olvido.

Compartir

lunes, 28 de abril de 2008

Sueños


No sé por qué todas las películas que no son de Hollywood y que son orientales por sobretodo me han sido tan pesadas, creo que la quietud así como su otro afán en las películas al hacerlas más fotográficas hacen que el verlas sea un dolor de cabeza, no solo por los movimientos extremadamente lentos sino también por los colores que utiliza, sin embargo y centrándome un poco más en lo que me concierne he de decir que ver 2 sueños por día será suficiente para quienes estén dispuestos a verlos porque de lo contrario el sueño pasará a uno y no se apreciará el arte fotográfico sobretodo que es lo que para mí más resalta en la obra. Pero creo que no estamos aún en el tema que quería tratar, yo más me iba hacia las diferencias con occidente, y tomando ese caso podemos encontrar eternas diferencias; como empecé este tipo de películas se me han hecho muy pesadas de ver y entender, quizá la acostumbrada presencia de el vecino del norte ha hecho que el único cine que puedo ver sin hacerme complejidades sea ese, esto quizá sea una actitud muy "pan y circo" pues al ser un cine comercial solo se hace lo que venda. Por su parte esta película por ejemplo, aparte de mostrar sueños raros y complejos muestra además imágenes tan extrañas para nuestro medio como la de los lobos que están en medio de la selva y que realizan un ritual poco conocido para nuestro medio, cuando la vi, no sé por qué intenté relacionarlo con las culturas incaicas. Quizá si no estuviéramos conquistados por los españoles y hubiésemos desarrollado nuestra propia cultura nuestras películas serían así, es decir mostrando nuestros rituales y creencias por sobretodo. Las grandes diferencias no quedan solo ahí, podemos abordar líneas de líneas por que en todo es diferente. Otra cosa que me llamó mucho la atención fue la vestimenta de los personajes, que de alguna manera mantienen cierto recelo con el jean, y que mantienen ciertas costumbres muy orientales, así como también la forma de entrar a casa y las mismas reacciones por ejemplo de su madre (en el primer sueño) que después de haber visto a esos seres dejó a su hijo, se puede decir que "abandonado" pues su creencia así lo hizo, eso en América sería imposible y menos por una creencia. A menos que sea una de indígenas que no conozcamos a cabalidad. Otro ejemplo que me fue muy raro fue el segundo cuadro de sueño, pues al querer ver los árboles otra vez, hubo un ritual "eterno" de los posibles dioses de ese país, lo que hízome empezar a ver poco a poco mas que en ese momento la imagen cineasta, verla más como una fotografía fija, y desde ahí empece a valorar más ese ámbito. Personalmente el sueño de los vistos que más me ha gustado ha sido el de los soldados muertos quizá el color es sus caras me llamó mucho la atención así como la naturalidad y poca reacción emotiva del general al ver todo su pelotón muerto. En cuanto a la fotografía pienso que esta película merece no solo dos oportunidades sino unas tres o cuatro, por que los detalles deben verse de a poco y no solo esperar a ver rápido la escena y pasar. Por otro lado en relación a oriente - occidente, sabemos que son muy diferentes y se ha demostrado con sus rituales, forma de hacer películas y su propio ritmo escénico. Me gustaría volver a verlo con más tiempo y ganas en mi casa para fijarme más en lo fotográfico.

Ahmed Deidán
Compartir

viernes, 25 de abril de 2008

3. Chaparro Japonés

Los sonidos que Chaparro utiliza en Opio en las nubes son de lo más comunes. Trip. Mierda. Lluvia. Noche. Babitas. Whisky. Son esas palabras que todos usan todo el tiempo. Su significado carece ya de sentido. O tiene tantos que parece haberlos perdido todos. Pero es ahí donde sabe manipular el lenguaje para dilatar los harmónicos de las palabras y crear kakekotobas personales y flotantes. En la repetición está el símbolo. Parece incluso que hace del español un lenguaje tan vago y sugerente como el de Issa o Chikamatsu. Pero luego vemos que sus descripciones son crudas, carecen de pudor.

Y por medio de un lenguaje evidente, lleno de Mierdas y trozos de Rock por todos lados, construye un lenguaje propio. Logra un amplio símbolo lingüístico, personal y urbano. Con la repetición de kakekotobas chaparrenses dibuja, a lo largo de fragmentos casi inconexos y flotantes, a cada uno de sus personajes. Es incluso posible imaginar, en el segundo capítulo, la voz de Sven o más allá el olor a viernes de la ciudad. Y todo por su lenguaje sugerente en la crudeza, en el ritmo cortante, en lo discontinuo. Rafael Chaparro, además, transgrede los límites puramente semánticos de su lenguaje: va hacia el terreno sensorial y lo mezcla con palabras: «Huele a labial, a mujer rodeada de oscuridad».

Aún cuando, y tal vez por eso, mis lecturas de japoneses son escuetas y la de Chaparro también, me es inevitable asociar a este escritor con las prácticas de la literatura japonesa. A veces pienso que Chaparro, al igual que otros vanguardistas como, pongamos por caso a Palacio, logró una literatura tan cruda y personal que llega a ser ambigua y sugerente. Es esa literatura que obtiene impresiones extrañadas desperdigadas en novelas desconectadas, pero comunes a todos. Hizo lo que Japón ha venido haciendo desde hace tres siglos: kakekotobas, harmónicos, lenguajes sugerentes y trozos brillantes, pero sin el refinamiento en la levedad y la gracia japonesa sino con realismos sucios, propiamente urbanos. Chaparro sugiere y harmoniza desde lo grotesco e inconexo de lo evidente.

Compartir

2. Kakekotoba, trip trip trip

La naturaleza del retruécano en el japonés es innata. Como los posibles sonidos del japonés son simples y su número limitado*, fueron inevitables los homónimos y las palabras que contienen palabras enteras o partes de palabras con significados completamente distintos. Tomemos la palabra kagarashi que además de significar igual «el viento otoñal» y «anhelar vivamente», es el nombre de un bosque famoso. De esta manera, cada palabra japonesa puede provocar en el literato y en el lector una serie de harmónicos que, a la final, originan un lenguaje ambiguo y sugerente por naturaleza. Tal vez el más vago y más sugerente del mundo.

Podríamos decir que de los harmónicos y de las incontables asociaciones lingüísticas que encontramos en este idioma, brotó uno de los caracteres más significativos para el verso y la literatura japonesa: el kakekotoba. Llamado también pivot word o «palabra eje», cuya función es unir dos ideas diferentes mediante un giro o desviación del significado propio de la palabra. Esto denota también otra característica básica de la literatura japonesa: la compresión de muchas ideas en un espacio reducido. Por ejemplo la voz shiranami, que significa «olas blancas» a un japonés le podría llevar a la palabra shiranu, que quiere decir «desconocido», o a namida, que significa «lágrimas». Entonces estamos ante la asombrosa construcción de un lenguaje más que simbólico, metafórico, sugerente y ambiguo por sí mismo. Y con este lenguaje ambiguo, en Japón se escribía tratando de representar grandes entidades por medio de pequeños detalles: al bosque por la rana, al árbol por la flor. Este manejo dio por resultado realismo y concreción en las imágenes, pero también una nebulosa ambigüedad total. En palabras de Keene: «La mayoría de las novelas japonesas tienden a descomponerse en incidentes inconexos, a la manera de los viejos cuentos poéticos. […] El recuerdo que nos quede de la novela será el de unos trozos de colores brillantes que se funden de cierta manera en un todo indefinido.» Casi como lo que Chaparro, Palacio y otros vanguardistas pretendían con su literatura.

Trip trip trip. Trip trip trip. Y quién sabe cuántas veces más se repite a lo largo de la obra de Chaparro. Tantas veces que terminamos por ligar a estos sonidos mínimos una serie de significados diferentes. Y lo logra solo mediante la desviación del significado del contexto. A veces parece «una risita subterránea». O nos remite a «la ira», a «lo urbano». Recuerda «un día jodido de Amarilla». «Mierda». Y sin darnos cuenta, nos encontramos frente a un kakekotoba chaparrense, de nacimiento instantáneo. Un sonido que comprende en su reducido espacio muchas ideas.

* El link proviene de aquí, y forma parte la obra teatral Sonezaki Shinju, de Chikamatsu Monzeamon.

Compartir

1. Literatura Japonesa

Algunos se refieren a la literatura japonesa clásica como un arte moderno. Y los más modernos la llaman, incluso, vanguardista. Pero estos conceptos, además de ser occidentales, fueron concebidos algunos siglos después para describir otro arte. Muchos otros, la mayoría, prefieren estudiarla como literatura del Japón y ya. Donald Keene, de quien citaré su obra, lo hizo así.

No es difícil entender esta propensión calificativa de occidente si encontramos, en pleno s. XIX, a un Issa escribiendo: «El mundo del rocío/ es un mundo de rocío, sin embargo,/ sin embargo.», aludiendo a la muerte del único hijo que le quedaba. Ciertamente casi ningún poeta moderno se las ingenió para sugerir más con tan pocas palabras y además con tratamiento estético.

Y si revisáramos los «cánones» de escritura japoneses nos impresionaría su vanguardia. Los retruécanos que comenzaron imperceptibles con Shakespeare y llegaron a su clímax con Joyce, en el Japón estaban profundamente desarrollados ya en el s. XIII.

Compartir

lunes, 21 de abril de 2008

Anonimato

“Con asombre de mirarte, con
admiración de oirte, ni sé que
pueda decirte, ni sé que pueda
preguntarte; solo diré que a esta parte
hoy el cielo me ha guiado para haberme
consolado, si consuelo puede ser del
que es desdichado,
ver otro que es más desdichado.”

(Pedro Calderón de la Barca)

No quería encontrar a nadie en ese sitio. No quería tratar de hacerse entender, mucho menos un afán de ser reconocido. Se sentía independiente y a la vez tan solitario. Se fijó en su potencial, era un constante golpeteo de palpitaciones combinadas con adrenalina, que en cada creación, se veía reflejada por cómo escribía, dudando de a quién enviar o dedicar esa misiva. De obtener por lo menos una dedicatoria. Habría preferido hacerlo éstos últimos tiempos en el anonimato. Escribir desde la penumbra. Escribir desde una celda. Escribir en el exilio. Escribir en un balcón mirando el amanecer en una playa ajena a la de su niñez. Escribir desde una embajada. Escribir en una máquina de escribir diferente a la de su plácido escritorio y hacerlo en otra por causa de la maldita guerra, de la maldita dictadura. Redactar en inglés. Escribir en francés. Recitar en español. Narrar en alemán. Contar en mandarín. Rezar en latín. Todo lo encantaba. Su amor por la literatura era tan grande que habría hecho votos al anonimato para pasar su vida entera desde esos alborotantes sentimientos de falta de identidad, que produciría firmar como anónimo. Se habría condenado a una vida sin nombre y por ende a una vida envuelta en la soledad… ¿Cómo lo llamarían? ¿Cuál sería su nombre? Podría llamarse «literatura» o plagiar a Bécquer y decir simplemente: “Poesía... eres tú” (Poesía soy yo).Ahora esa consigna es diferente, ahora él diría me llamo literatura, poesía y teatro: “[…] ¿y tú me lo preguntas?": Literatura, poesía y teatro, somos tú y yo.
AŋđŗΞ'Ş ζ¡$ŋΣřǿ§
Compartir

Blues



Siempre me he preguntado de donde salió el Blues, por lo que decidí salir un poco de mi “ignorancia” y averiguar más sobre este tipo de música que en la mayoría de películas, series de televisión, etc., es representada por personas de color, es un género musical de origen estadounidense. Las letras suelen estar ordenadas en estrofas de tres versos: una línea inicial, su repetición y una tercera línea . Cada frase del texto cantado suele seguirse de una improvisación instrumental, creándose un modelo de pregunta y respuesta. El blues utiliza una escala en la cual las notas tercera, quinta y séptima están disminuidas medio tono en relación a la escala mayor occidental y reciben el nombre de blue notes. Las letras tratan la mayoría de veces sobre las contrariedades de la vida y los acaecimientos del amor.
El blues tiene sus raíces en las canciones de los esclavos negros llevados a Norteamérica, se difundió en el sur de Estados Unidos a finales del siglo XIX. Los blues "arcaicos" o tipo "country" difieren mucho en su forma lírica y musical, los cantantes generalmente se acompañaban con guitarra o armónica. Entre los antiguos cantantes de este estilo estaban Blind Lemon Jefferson y Leadbelly . Los blues "urbanos" clásicos evolucionaron durante las décadas de 1920 y de 1930 en las voces de Ma Rainey, Bessie Smith, entre otras. Las formas líricas y musicales se nivelaron. Los cantantes trabajaban junto a una banda de jazz o un piano. En su adaptación para piano solista, el blues dio origen a la técnica de interpretación del boogie-woogie, muy extendida en la década de 1930.
El blues y el jazz se superponen a menudo de forma indistinguible. El blues ha sido considerado como una forma primitiva del jazz, pero también se ha desarrollado de forma independiente. En la década de 1940, cantantes como T-Bone Walker y Louis Jordan actuaron con grandes orquestas o con conjuntos basados en la guitarra eléctrica, el contrabajo, la batería y saxo. El órgano eléctrico también fue utilizado en esa época. A partir de 1950, B. B. King, Ray Charles y otros cantantes usaron guitarras eléctricas perfeccionadas (que permitían la manipulación de sonidos sostenidos) y bajos eléctricos de mayor potencia.
Aunque simplemente he podido dar una referencia en lo que respecta al blues y lo que es considero que es un género musical muy llamativo sobre todo en sus inicios debido a sus raíces antes mencionadas, a mi parecer en muchas culturas existen diferentes tipos de blues es decir cantos nacidos de la opresión y que salieron de aparentes minorías.
Compartir

Cine chino


El cine chino a dado un salto interesantísimo cambiando las tradicionales películas de gran peleas en las que los personajes eran prácticamente sobrenaturales dando saltos y haciendo movimientos fuera de la realidad, aunque se conserva la tradición y mística de su pueblo ancestral las producciones cinematográficas han tratado de buscar nuevos enfoques en lo que respecta a la matización de sus películas dándole enfoques mucho más relevantes en la cultura actual. Pero aún así la imaginación y creatividad China no ha sido bien apreciada por los propios habitantes chinos.
Las principales compañías cinematográficas chinas (la Shaw Brothers y la Golden Harvest de sir Run Run Shaw, en Hong Kong, y la CMPC, en Taiwan) no pudieron seguir el ritmo de los cambios sociales y económicos de la década de 1970 y entraron en crisis. La estructura formalista de sus producciones y la indiferencia mostrada por la audiencia crearon las condiciones idóneas para la aparición de un movimiento de renovación cinematográfica a principios de la década de 1980. El cambio se inició en Hong Kong en 1979, cuando Ann Hui, Hark Tsui, Ho Yim, Allen Fong y otros directores jóvenes (la mayoría de ellos formados en escuelas de cine estadounidenses y europeas) pasaron de la televisión a la realización cinematográfica, fundando compañías productoras independientes y tratando temas sociales y culturales de actualidad. Su ejemplo se copió rápidamente en Taiwan, donde la CMPC comenzó a producir películas portmanteau (filmes que narran varias historias unidas por un hilo conductor), realizadas por directores sin experiencia como Edward Yang, Hou Hsiao Hsien, Wang Tong y Ren Wan.
La nueva ola llegó a la República Popular China en 1984, cuando los recién graduados por la Academia de Cine de Pekín comenzaron a dirigir películas con estructuras y pautas innovadoras que formulaban preguntas en vez de ofrecer respuestas políticas fáciles. Los largometrajes Tierra amarilla (1984), de Chen Kaige, Dao ma Zei (Ladrón de caballos, 1986), de Tian Zhuangzhuang, y Sorgo rojo (1987), de Zhang Yimou, establecieron temas totalmente nuevos para el cine chino y éste ganó audiencia en todo el mundo por primera vez. Estos directores y sus contemporáneos han convertido el cine chino en uno de los más interesantes de la década de 1990. Películas como La semilla del crisantemo (1990) y La linterna roja (1991), de Zhang Yimou, Lan Fengzheng (La cometa azul, 1993), de Tian Zhuangzhuang, y Adiós a mi concubina (1993), de Chen Kaige, han obtenido grandes premios en festivales importantes, como Cannes, nominaciones a los premios Oscar.
Compartir

Pintura Mural


Una de las más antiguas formas de crear hermosísimas obras de arte. Debido a mi gran curiosidad por las pinturas que muchas veces veo dentro de edificios o en las calles, y me pregunto si también cuentan como arte, a decir verdad no me queda muy claro aún si entran o no dentro de la concepción que muchos tienen del arte pero de cierta forma al menos tratan de ornamentar las ciudades. En fin la pintura mural tiene una gran historia y definitivamente aunque en la actualidad es difícil ver obras como en el pasado al menos tienen un sustento histórico.
La pintura mural es la decoración de muros o techos mediante diferentes técnicas, con el fin de adornarlos religiosa o didácticamente. Habitualmente se utiliza en los interiores de edificios públicos, iglesias, y trata sobre temas religiosos, históricos, alegóricos o patrióticos significativos la sociedad. Su principal característica es su gran formato, está relacionada a planos arquitectónicos y decorativos y puede servir para dar realce al diseño del interior o para transformarlo, con el fin de producir un efecto de dimensiones espaciales diferentes.
La pintura mural es una forma de arte muy antigua, se encuentra en las paredes de las cuevas prehistóricas, como en las de Altamira en España, en el Lejano Oriente, la pintura mural se inició en China hacia el año 1700 a.C., de allí se extendió a Corea y Japón. La pintura mural era una modalidad artística muy desarrollada en el antiguo Egipto; las paredes y techos de las cámaras mortuorias estaban decoradas al temple con figuras y motivos que simbolizaban la vida en el más allá, en la antigua Grecia se acostumbraba a decorar tanto los edificios públicos como las viviendas particulares con pinturas al temple la tradición continuó en la época helenística y romana.
En el siglo XX, la pintura mural se debió principalmente a tres artistas mexicanos, Diego Rivera, José Clemente Orozco y David Alfaro Siqueiros, quienes, desde la década de 1920, trabajaron en distintas ciudades de la República Mexicana, de Estados Unidos y en algunos países de América Latina. A grandes rasgos, su obra la constituyen composiciones de vivos colores, que conmemoran la rebelión del pueblo contra los sistemas opresivos, la formación del mestizaje por la unión entre indígenas americanos y españoles, el pasado histórico y la proyección al futuro, la naturaleza humana con sus contradicciones y, en síntesis, la búsqueda de la esencia humana y su trascendencia hacia la divinidad, todo ello dentro de un marco de monumentalidad.
Compartir

lunes, 14 de abril de 2008

Rutinario

Es encontrase solo en la multitud,
dialogo por sobre la conversación
amistad después de televisión
realidad, la retorcida plenitud.

Robótica, tecnológica virtud
cual reemplaza aquello del corazón,
sentimientos relegados a la razón,
el mundo, monocromática actitud.

¿Qué es lo que le ha pasado al soñador?
solo se encuentra aquel que solo anda buscando
incesante, su anhelo, lejano candor.

Abandonado esta aquel que se encuentra mirando,
y lentamente asimilando aquel temor,
congelando a este que se encuentra soñando.


¡Muchas Gracias Vale!
Compartir

viernes, 11 de abril de 2008

Sentimientos Despertinos


Me encontraba dormitando en mi alcoba cómodamente en la cama, el día había empezado pero no sabía si lo que realmente quería era empezarlo para pensar en ella o simplemente cerrar los ojos e intentar eliminarla de mi pensamiento. Creo que no lo logré. Pese a todo pensé en ella.
La mañana empezó fría como últimamente París lo ha estado, sus calles tan llenas de gente y sus construcciones colosales hacen que sea imposible no pensar en lo complicado que será la jornada y en lo poco importante que uno es en ciudad tan noble e importante del mundo. Siendo las ocho en la mañana -si la memoria no me falla- salí de mi alcoba con dirección a su apartamento, no sabía que pasaría, beneficiosamente era sábado, sino no podía ir por ella aunque ninguno de los dos quería saber del otro por algún tiempo, creo que el amor empezó a desaparecer. Vernos sería tan complicado para ambos que comenzaría a pasar velas sobre el cielo para intentar iluminar mi camino y caer en la tentación que sifnigicaba estar ahí.
Sentir sus labios como jazmín en la mañana que con un aroma de bebé se emanarían de ella hacía que el verla me recuerde aquel primer amor de once años, que terminó por estupidez de ambas partes. Lo de hoy algo parecido. Ahora no sé si esto sigue o no, si sigue genial será estar con ella hasta que nuestros destinos de segmenten o si esto seguirá para siempre.

Por ahora solo sé que no termina, pero que si terminara lo haría bien, y si no, pues simplemente he de sugerir que la sociedad grupal no piensa en todos y mucho menos en el amor, el amor está para los tontos y desocupados, los demás pueden vivir sin eso. Pensar en la mañana en ella hacía tan complicado el día que tan solo sentía que quería verla, ahora no quiero verla, quiero acabarla tan solo con mi mera presencia, quiero que me vea y sienta que todo lo que pasó ya no sirve, no es un día de perseguirla y comenzar con jueguitos de cortejo, en estos días queremos decidir si lo nuestro es valioso y si solamente debemos olvidarlo. El dolor es de todos los días, sé que el hablar con ella hará que sufra cual planta recién pisada por el hombre, pero si no hablamos sabré además que todo lo que no se haga será en vano pues no me escuchará. A veces siento que el amarla es vano e inestable. Entonces concluyo que el día no merece la pena ser pensado para una mujer estúpida que no sabe lo que quiere o tiene. Aunque pensándolo bien, todas las mujeres son unas bagasas, y el hombre es quien paga lo que ellas hacen mal.
Entonces me veo una vez más en la cama, dormitando y despertando del sueño donde la quiero ver, salido de eso, reacciono y repienso...mi día no debe ser aplastado por una mujer; debo pensar en cosas más importantes y trascendentales que en las cortesanas del corazón alberga.
Compartir

Pablo Palacio, Resumen General


Podré empezar diciendo que lo de Palacio personalmente es exaltable a nivel local y debería tener un espacio importante en lo internacional; me pareció super interesante su forma de escribir, dando visiones que nos son tan "irracionales" sobre las personas que son tildadas de cualquier otra cosa dentro de la sociedad, como un loco, homosexual, siamés y &...Además me gustó mucho el conocimiento previo que Palacio llega a tener sobre cierto tema en concreto (cómo la medicina en algunos cuentos en vida de ahorcado) y que luego es explotado a cabalidad para aparte de hacer un texto más elitista hacerlo más interesante pues a uno le toca la difícil labor de consultar que es eso.
Uno de los cuentos que más me gustó del compendio de Palacio obviamente fue Señora!, podría decir en una sola palabra, genial, pues en tan pocas hojas se plantea una super loca historia de una mujer enferma, mas que de manera demasiado sutil puede percibirse y que empieza a acosar a un joven que ha caído y ha formado parte de los sueños de ésta mujer; y que de una manera tan sugerente pero imperceptible casi, te hace notar sus verdaderas intenciones. Cuando terminé el cuento quedé tan sorprendido que decidí inmediatamente releerlo para entender aún más lo que decía. Otro cuento que ganó ese lugar fue el primero en vida de ahorcado, el de una posible cesión del pleno donde un socialista dice todo lo que debe decir sobre los "sucios burgueses".
Lo lamentable de todo es que a la larga Palacio murió joven y aunque dejó un legado importante en el país no hemos tenido un escritor tan relevante como él, quizá Paez, pero creo que no le llega aún a los talones, para escribir no solo se necesita "labia" sino estilo y presencia, cosa que hasta ahora solo he notado en Palacio en nuestro país.
Recomendar Palacio es casi tan obligatorio que recomendar merendar, es decir, para ser y sentirse ecuatoriano una excelente opción es empezar conociendo a Palacio y no en 6 curso del colegio, al menos de nombre desde antes. Eso puede levantar el "espíritu nacionalista" que quizá pueda ser fundamental para las generaciones venideras y que no solo en política puede servir sino en comenzar a formar una tradición literaria en el país.
Ahmed Deidán
Compartir

Opio en las nubes


Sin duda alguna uno de los mejores libros que he leído, los personajes son cautivadores y te encierran en sus historias totalmente urbanos y con un contexto semejante al que vivimos. La idea de un gato hablándonos, contándonos, sobre Amarilla y Sven y su relación totalmente alejada de lo tradicional llena de alcohol y sexo es impresionantemente atractiva.

Las descripciones de algunos objetos o personas dentro de la obra a mi parecer no son excesivamente recargadas y por el contrario se utilizan comparaciones fáciles de imaginar como por ejemplo cuando Sven dice que la enfermera es parecida a aquellas enfermeras de las películas y la televisión y te dice que es bellísima y le encantaría salir con ella, me parece que sin necesidad de llenar dos o tres páginas describiendo meticulosamente cada una de las partes de esta bellísima enfermera te puedas crear la imagen de la enfermera en tu cabeza lo que me agrada mucho, también ser utilizan algunas otras imágenes que al ser receptadas se dibujan en mi mente permitiéndome disfrutar mucho más de la obra.

Me gusta mucho que los personajes viajen libres dentro de la obra es decir que no haya a cada momento una interrupción de lo esta sucediendo para introducir el diálogo de otro personaje y por el contrario puedan acoplarse mediante frases o acciones que van identificando a cada personaje. Los mismos capítulos de la obra se van entrelazando por hechos que se van aconteciendo los cuales interrelacionan toda la obra pese a la división por capítulos.

Compartir

pOP aRT


Algunos artistas estadounidenses comenzaron a rebelarse contra el carácter rígido y teórico del expresionismo abstracto, de allí nació el Pop Art., los artistas pop acogieron imágenes de anuncios publicitarios de los medios de comunicación de masas, de películas, objetos cotidianos y de la cultura popular, aunque se considera un movimiento estadounidense, tuvo su origen en Londres, los artistas más sobresalientes del Pop Art estadounidense Andy Warhol, Jasper Johns, Robert Rauschenberg, Roy Lichtenstein, Tom Wesselmann y James Rosenquist.

El Pop Art esta influenciado por el hiperrealismo, que nace a finales de la década de 1960 fundada en los anuncios de neón, cafeterías y lugares públicos urbanos y suburbanos.

Pop Art retomó el camino de las vanguardias racionalistas. El Op Art utilizó diseños geométricos en blanco y negro o colores brillantes contrastados para crear ilusiones ópticas, con la posibilidad de que el presente cambie la apreciación de la obra con su propio movimiento.

En la década del 70, aparecieron otros estilos basados en la ruptura con los soportes tradicionales, especialmente los cuadros de taller y las esculturas, el arte rompe así sus limitaciones convencionales y se manifiesta en la naturaleza, la ciudad, el cuerpo humano, el mundo cotidiano, etc. el arte conceptual, por su parte, engloba múltiples realizaciones que tienen en común la supremacía de la idea del artista sobre la obra acabada.

Compartir

jueves, 10 de abril de 2008

Crímenes Perfectos (2)

Como siempre, nunca puede faltar el gringo. ¿Canadiense?... baa, da lo mismo. Kerouac es una mezcla única entre ilusión y desesperación. Kerouac es un sinónimo de jazz y de drogas y de alcohol. Es casi como escuchar a Thelonious Monk tocando la guitarra, el clarinete y la batería al mismo tiempo:

“En el baño cálido y en la salvación de sus muslos, anhelaba esas intimidades de los jóvenes amantes en la cama, altos, los ojos ante los ojos, el pecho contra el pecho desnudo, órgano contra órgano, rodilla que se aprieta contra la rodilla temblorosa y pecosa, cambiándose actos de amor y de existencia por el gusto de hacerlo. "Hacerlo", la gran expresión suya; me parece estar viendo sus dientecitos salientes entre los labios rojos, viendo " hacerlo", la clave del dolor sentada en un rincón, al lado de la ventana…”

“Los hombres son tan locos, desean la esencia: la mujer es la esencia, ahí la tienen directamente entre las manos, pero ellos se precipitan en todas direcciones erigiendo inmensas construcciones abstractas. (…) se precipitan en todas direcciones y entablan grandes guerras y consideran a las mujeres como premio, en vez de seres humanos; muy bien viejo, no se puede negar que yo estoy en medio de toda esa porquería pero te aseguro que no pienso participar en lo más mínimo.”

El gringo canadiense es, sin duda, más cinematográfico. En un principio parece reflexivo, pero entonces nos sale con alguna oración remontada sobre otra. El sujeto de reflexión se pierde, empieza la enumeración, la metáfora, el término rebelde, de nuevo una nueva reflexión… parecía Mishima, deliciosamente amanerado, y termina como, el lunático y desequilibrado, Bukowski, claro, sin ningún ordenamiento en particular. Kerouac es el oso que agita sus torpes y grandes manos sobre las teclas de marfil de un elegante piano alemán. Es una mera improvisación y espontaneidad acerca de distintos temas que aparecen de repente, en los cuales se me mantienen un hilo narrativo. Recarga imágenes, sobrevalora términos. Abreviando; es una patada a la escritura convencional, pero está bien escrito y eso es lo que cuenta.

Es curioso, los vanguardistas antes citados, mencionan indirectamente los raquitismos de sus sociedades; presentan críticas y sátiras mucho más crudas que las que presentan sus contemporáneos, que dedicados, en cambio, al realismo social, denuncian las “injusticias” de los sistemas de un modo tan directo que se torna, a más de somero, aburridor.

Finalmente, he escuchado el tradicional Concierto de Aranjuez de Rodrigo, interpretado por Pepe Romero, luego la versión “Jazzera” de Chick Corea de la misma pieza. Maravillosos. Asimismo leo una prosa “común”, por ejemplo Coetzee, y después leo retazos de Palacio. Soy sincero, no sé a cual prefiero; el original o el experimento. Concluyo, los dos me han encantado. Y pienso, los fragmentos son inútiles, estos escritores sólo escriben obras totales, tal vez fui yo el que perdió el tiempo.

Compartir

Crímenes Perfectos (1)

En las subsiguientes líneas pretendo mostrar brevemente las formas de experimentación del lenguaje, mostrando los estilos narrativos de tres escritores en particular: Miguel de Unamuno, Pablo Palacio y Jack Kerouac. Tiempos, lugares, personas, lenguajes, contextos… disímiles. Pero compañeros de una revolución, si es que el término (tan fastidioso y farolero) me es permitido, literaria. Ahora mismo recuerdo una frase; todo escritor debe realizar sus trabajos, pensando que los mismos van a constituirse como una obra maestra, como una innovación a las letras, de lo contrario, pierde su tiempo. Pienso que en esa frase se revela un cúmulo de anhelos vanguardistas, de experimentación, de novedad.

Y entre estas y aquellas nos es dado Unamuno, narrador, poeta y filósofo español perteneciente a la generación del 98:

“El amor precede al conocimiento, y este mata a aquel. Nihil volitum quin praecognitumv (Nada es deseado sin ser antes conocido), me enseñó el padre Zaramillo, pero yo he llegado a la conclusión contraria y es que nihil cognitum quin praevolitum (Nada es conocido sin antes ser deseado). Conocer es perdonar, dicen. No, perdonar es conocer. Primero el amor, el conocimiento después. Pero ¿cómo no vi que me daba mate al descubierto? Y para amar algo, ¿qué basta? ¡Vislumbrarlo! El vislumbre; he aquí la intuición amorosa, el vislumbre en la niebla. Luego viene el precisarse, la visión perfecta, el resolverse la niebla en gotas de agua o en granizo, o en nieve, o en piedra. La ciencia es una pedrea. ¡No, no, niebla, niebla! ¡Quién fuera águila para pasearse por los senos de las nubes! Y ver al sol a través de ellas, como lumbre nebulosa también.”

Frases que vuelan por mi mente, leo una, luego otra, finalmente llego a la palabra también, pensando, ¡carajo!, me ha dicho tanto en menos de diez líneas. Me ha comentado, por ejemplo, que ¡el hombre no es un ser racional, es un ser ilusionado!... Vuelvo a leerlo, ahora he reconocido, entre pregunta y respuesta, entre ramplonas exclamaciones y descabelladas afirmaciones, una carga titánica de angustia existencial. Y entre las metáforas finales…titubeo… incertidumbre…tal vez, sólo tal vez… es una pedrea, ¡Duda! Al tiempo que me muestra al hombre, no al físico sino al literario, de manera espiritual. Rompiendo las barreras de la razón (otro término herético) literaria. Describiendo los desordenados pensamientos, de un ser meramente pasional.

Salgamos de la nebulosa de Unamuno y enganchémonos vertiginosamente, con trajes cuadrados, chajs, caligramas, siamesas, en fin… al universo Palaciano:

“Tiempo.

La tomo por la cintura, la estrecho contra mí, la beso. Veo desmayar sus párpados y advierto su visión lánguida. Ana está sola conmigo y aquí en lo mío.

Ay, la corona de flores olorosas. Ay, niña, niña.

Conmigo… no, con otro. Yo he estado ahí con Ana. He sido un simple espectador. Lo he visto todo, aun yo mismo me he visto, y he reído a más no poder de todo porque eso era tan deliciosamente cómico, amiguito.

Bueno, ¿Y por qué me meto yo en estas ganzadas?

¡Oh!

Señor Jefe Político, a usted, carajo –como bien dice su señoría misma-, a usted, sí, señor, ¡carajo!, lo tienen allí solo para alcahuete.”

Con Palacio el asunto es diferente. Él me resulta placenteramente teatral. Es una crítica desgarradora, ridiculizante, a la sociedad. Él es el guión de un grupo de teatro, en el cual se mencionan todos los gritos del director, las caídas de los actores, los fallos de las luces, todos los chicles y bostezos de los espectadores. En comienzo, un hombre y una mujer que inocentemente se aman, y yo también veo como la actriz desmaya sus párpados y su libidinoso cuerpo en los tibios brazos de aquel sujeto de jocoso sombrero y terno. Luego los versos del sujeto enamorado, ay niña mía… un momento, algo extraño sucede, el sujeto no está enamorado, al contrario, está despechado… ¡Traición!, ¡Desencanto!, las luces de color violeta se atenúan, ¿Él mismo se ha visto?... ahhh… brumosas cortinas se cierran, entonces las sugerencias mentales me matan y miles de juicios a priori me invaden. Miro detrás del escenario, la obra continúa, mis conjeturas son herradas; Jefe, carajo, tienen, alcahuete, no estoy seguro si en realidad lo viví o tan solo lo soñé. De todas formas, estoy asombrado, luego pienso: HA SIDO TODO UNA VICIOSA BURLA.

Compartir

jueves, 3 de abril de 2008

Paris y Rosalinda: Desamores

"¿Y si es mío el amparo
de tu risa leve?
Ella aquieta mi herida:
todo, todo se olvida"
(Carlos Gardel)



Aquella noche él se había levantado de su habitación y se encontraba divagando, entre las gotas del diurno rocío que se formaría al parar el constante goteo que anunciaba el final de un largo aguacero: su ventana se había empañado.
Esa noche fue diferente. Nunca creyó que ese recuerdo tan bien guardado, pero muy difundido lo despertara. Talvez era una señal de preocupación o de aún no haber encontrado un porqué a su insomnio.
Creyó aparente escribirlo en su admonitorio, pero a la vez improvisado cuaderno, pero recordó que debería estar dirigido a un remitente acezante; escribió una carta.
Ese lunes se despertó contrariado pero satisfecho, su misiva estaba completa. El frío de aquella ciudad inundó los insulsos sentimientos de las personas, más Sebastián pensó, que él era diferente y no formaba parte de todos los hipodérmicos rostros grises envueltos en bufandas, que trataban de apaciguar el frío con guantes o paraguas sin darse cuenta que el clima no solamente hacía helado a los vidrios o cristales, sino también a sus corazones y a sus sentimientos.
Sospechó quizás, que la receptora de la misiva no estaría contagiada de ese estupor gélido que envolvía a aquellas «multitudes eclécticas de desconocidos que orbitan entre nosotros».
Camila apareció como un heraldo sórdido, sin comprender la nota que le fue entregada, ¿acaso aquel mensaje tallado en papel no era para ella?; talvez no existió una afinidad entre el mensaje final y la «comprensión individual femenina». Si así lo fuera el frío no se hubiera apoderado de su torso; las fontanas de sus ojos desearían haber goteado, o simplemente su pecho debió inmutarse a las crudas palabras que había recibido al leer.
El azar eligió a la receptora de su misiva, sin embargo ese frío execrable fue un boicoteador del bienestar de Sebastián, puesto que su dormir eventual dependería de la recalcitrante recepción de ese mensaje.
Él sintió que la mitad de la encomienda se había cumplido, pero reveló notoriamente que la misión fue demasiado lenta, parsimoniosa, porque no atrapó ni coincidió con el azar cometido de intentar, por lo menos, llamar la atención de Camila. Ahora la misiva no solamente consistía en un reclamo justificado de impaciencia alegre al llegar la noche, ahora no solo la carta estaba contagiada de la hipotermia gélida, sino también su apreciada receptora…
Una semana después tras los fútiles motivos que hicieron redactar una carta a Sebastián, volvió a despertarse en las mismas condiciones que aquella primera ilusión lo había animado. Sorprendido notó que no había nada que aludiera a un aguacero o a un rocío futuro, inclusive no hubo la señal de gotas: comprendió de una manera inconclusa que había soñado todo lo anterior. Se levantó y no era la habitación pasada, había ahí, una hamaca. No podía ese clima ser frío o gélido ya que era tórrido y febril, acertó estar en la playa. Se acercó a la ventana más próxima y miró aquel alba que solamente Neruda podría redactarlo en su “Canción desesperada”, suspiró entonces, y en su cuerpo el sueño se apoderó, aquel esclavo de Morfeo, lo agarró y lo echó sonriente en la hamaca…
Sebastián se levantó sudoroso pese al congelamiento que se desarrollaba en su habitación cuyas paredes eran color naranja, soñó que estaba en la playa, soñó que escribía una carta, soñó una secuela de sueños: soñó que soñaba.

Se levantó y recorrió la cortina del alféizar, al recorrerlo se cayó un sobre: era una carta o la copia de una de ésas. Leyó. Descubrió que tal vez la persona que invadía sus pensamientos en esos instantes tendría la traducción original a ésa, que era su letra, lo reconoció de inmediato ya que la carta estaba en italiano.
Proyectó, cual sombra con su índice, los nombres en la superficie empapada por el frío, enmohecido por las gotas de lluvia.
No quería que cese de llover para que perdure a la luz de la luna, aquellos nombres que había escrito en esa ventana, pensó también como se verían esos nombres escritos en la playa, en ésas arenas infinitas, tratando de esquivar a la profusa marea; pensó en esos dos nombres hasta que el anuncio del nuevo día (el sol y su relativo calor) y la alusión de la marea, los borraron no, de su esternón, pero sí de su vista.
Lo que había dibujado el índice derecho de ese hombre en la ventana, era un deseo desesperado de dejarse vencer por ésos, de formar parte de los de bufanda y rostros grises hipodérmicos. Sebastián se contagió del malicioso frío al escribir lo inevitable, en su empañada ventana: “Camila y Sebastián”…



AŋđŗΞ'Ş ζ¡$ŋΣřǿ§

(Gracias por los nombres: Wir konnen
sagen, basierend auf einer wahren
geschichte ...)



Compartir