jueves, 15 de mayo de 2008

Michaux y el Ecuador


Antes de juzgar la actitud -y más que actitud descripción- de este belga sobre nuestro país hemos de comprender las circunstancias de su viaje en el país.
Gangotena vivió en las primeras cuatro décadas del siglo XX por lo cual Michaux -su amigo- llegó al país en esos años, quizá a mediados de la década del veinte y escribió su pensamiento fundamental del país para mil novecientos veinte y nueve. Quito no pasaba de ser un pequeño poblado con aires europeos y a más de eso parisinos y bruselinos. Lamentablemente la situación no era tan dulce como puede sonar, pues, las calles debieron ser un desastre, las plazas una porquería incesante (Y esto no está muy lejos de nuestra memoria pues no son ni diez años de la recuperación de la plaza de Santo Domingo o del Tejar Jarrín mas conocido como la Ipiales, actuales BBB) y sumado a la peculiar distribución y forma de la ciudad que probablemente para esas fechas no llegaría a más allá de lo que es hoy la Av. Patria.

Michaux llegó al Quito histórico, lleno de quebradas rellenadas, llenas de piedras mal unidas en las vías, y un alcantarillado deplorable; si a esto le sumamos la altura de la que debió ser víctima éste belga, por su nacionalidad sin confundir sonidos fonéticos, tendremos como resultado una visión totalmente europea, clásica, de América y de nuestro propia ciudad a la que consideran, como a muchas más, una pequeña villa en medio de la selva aborigen y poco conocida donde no llega el agua y no hay luz. Radio y casas con techo mucho menos. Supondré además que si por alguna cosa del destino nosotros llegamos a tener la amistad de algún africano que lleno de emoción nos invitase a Angola -por dar un nombre solamente- al llegar o empezar el viaje tendremos en la mente la misma visión europea pero esta vez para Angola. "Paisucho" donde no habrá nada más que desiertos, poca agua, un idioma desconocido y hasta en el pensamiento menos racista o clasista, negros y sida. Personalmente le sumo a esto que Michaux "experimentó" y llegar a Quito, empezar a ver su entorno tan tétrico y desesperante sumado con sus experimentaciones nos darán lo que escribe, un texto surrealista, donde el país no llega a ser nada y hasta maldice una tierra que le ha dado acogida.

Analizando ahora el poema después de ubicarnos en ese Quito del siglo XX donde el Águila rondaba sutilmente las calles, y la gente vivía en las ventas de mercado, se siente tan frustrado que hasta lo maldice así mismo el hecho de estar en la altura y en una ciudad tan poco estilizada a la forma europea pese a que Quito mantiene ese estilo "copiado" de ciudad de alguna manera debió ser chocante por lo que nunca resalta nada positivo de la ciudad solo toma la subida a la capital por carreteras en pésimo estado, con montañas de gran altura que hacían de su agonía la situación más larga y pesada. Además con su pensamiento europeo de América todo le apestaba, los propios indígenas le fueron grotescos en las calles y su forma de trabajo. Esto ayuda a ese amor por la ciudad. La rima del texto a mí no me convence, no sé, siento al texto más con un relato que como un poema, creo que le hace falta dinamismo y un poco más de sentimentalismo, quizá esté equivocado, pues siempre había visto al poema como los clásicos, de manera demasiado métrica, con endecasílabos y &&&. Sin embargo estudiando un poco al verso libre y la prosa poética considero éste texto muy poco desarrollado, muy poco poético quizá por mis prejuicios sobre la forma de hacer poesía ya que no hay tanta construcción de vocablos ni ese sentimiento al escribir, da la impresión de que tan solo parece que el autor está convencido de renegar al país que odia quejándose de la diversidad del país y la propia distribución y aquí otra vez puedo insistir en que esté equivocado debido a que yo esté influenciado por ese sentimiento nacionalista que se ve golpeado por tremendas afirmaciones y que hacen que uno de inicio vea con desdeño y poco interés al poema. El uso de palabras es buena aunque no me gustó la idea de repetir palabras para darle más más y más énfasis.

Pese a todo el poema es interesante pues es una forma de surrealismo muy cercana ya que fue escrita en honor a Quito y mantiene, eso sí, el estilo surrealista de ver cosas donde no las hay y de pensar en pajaritos por tanta droga que se consume.
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